martes, 9 de octubre de 2018

Man Ray


Emmanuel Radnitzky, o Man Ray como se le conoce mundialmente, nació en Filadelfia, Pennsylvania, en 1890 fruto de la unión entre dos inmigrantes judíos rusos. Su interés por el arte nace tras el traslado de su familia a Nueva York, lo que le permite trabajar en una agencia de publicidad, lo cual compagina con sus estudios en la National Academy of Design y sus frecuentes visitas a diversas galerías y tertulias.

Un momento fundamental en la vida de Man Ray fue su encuentro con  los dadaístas Duchamp y Picabia, junto a los que creó el Dadá neoyorkino. El carácter autodestructivo del movimiento hizo que pronto se aliara con el surrealismo, donde pudo plasmar sus obras de mujeres fatales, desnudos y sus juegos de dobles lecturas (mujeres violín, lágrimas diamante…).



“Glass Tears”

El estilo cinematográfico “cortado” denota un acercamiento fílmico al sujeto, la mirada de una mujer.


"Le Violon d'Ingres"

Gracias a la inspiración de su modelo y amante Kiki de Montparnasse, Man Ray nos logra meter de lleno en ese juego de dobles lecturas, convirtiendo el cuerpo de la mujer en un gran violonchelo por medio de esas "efes" añadidas posteriormente en edición.

Antes de terminar el revelado de ciertas fotos, Man Ray velaba el negativo con un pequeño golpe de luz en el cuarto oscuro, lo cual se convertiría en una de las características distintivas de sus fotografías.

“Self Portrait with Camera”

Ejemplo de solarización, en el cual la imagen se deja a medio camino entre el negativo y la forma después del revelado.

Tras su instalación en París, al ver que su obra no encontraba mercado, empezó a crear sus famosos "Rayogramas".


Éstos son creaciones fotográficas que son realizadas sin la intervención de una cámara. Man Ray situaba objetos por contacto en papel sensible a la luz que después era revelado.

Fundamentalmente, su aportación nos lleva a pensar que tras una imagen hay una idea detrás, creativa e imperfecta, pero siempre realizada con un sentido. Man Ray fue un creador, y como tal, su legado nos hace reflexionar en torno a lo que debemos ver más allá de una imagen. "Le Violon d'Ingres" podría haberse quedado en un simple y bonito retrato de desnudo sino llega a jugar con el concepto de elevarlo a otro nivel. Porque encuadrar la realidad de una manera más o menos efectiva es relativamente sencillo, pero darle vueltas a la inspiración para crear estampas surgidas de uno mismo, es más complicado. Y eso, el señor Man Ray lo bordaba.

Finalmente, Man Ray murió, en 1976 en el París que le dio sus mejores obras.

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