Emmanuel Radnitzky, o
Man Ray como se le conoce mundialmente, nació en Filadelfia, Pennsylvania, en
1890 fruto de la unión entre dos inmigrantes judíos rusos. Su interés por el
arte nace tras el traslado de su familia a Nueva York, lo que le permite trabajar
en una agencia de publicidad, lo cual compagina con sus estudios en la National
Academy of Design y sus frecuentes visitas a diversas galerías y tertulias.
Un momento fundamental
en la vida de Man Ray fue su encuentro con
los dadaístas Duchamp y Picabia, junto a los que creó el Dadá
neoyorkino. El carácter autodestructivo del movimiento hizo que pronto se
aliara con el surrealismo, donde pudo plasmar sus obras de mujeres fatales,
desnudos y sus juegos de dobles lecturas (mujeres violín, lágrimas diamante…).
“Glass Tears”
El estilo cinematográfico “cortado”
denota un acercamiento fílmico al sujeto, la mirada de una mujer.
"Le Violon d'Ingres"
Gracias a la inspiración de su
modelo y amante Kiki de Montparnasse, Man Ray nos logra meter de lleno en ese
juego de dobles lecturas, convirtiendo el cuerpo de la mujer en un gran
violonchelo por medio de esas "efes" añadidas posteriormente en
edición.
Antes de terminar el
revelado de ciertas fotos, Man Ray velaba el negativo con un pequeño golpe de luz
en el cuarto oscuro, lo cual se convertiría en una de las características
distintivas de sus fotografías.
“Self Portrait with Camera”
Ejemplo de solarización, en el cual
la imagen se deja a medio camino entre el negativo y la forma después del
revelado.
Tras su instalación en
París, al ver que su obra no encontraba mercado, empezó a crear sus famosos "Rayogramas".
Éstos son creaciones fotográficas
que son realizadas sin la intervención de una cámara. Man Ray situaba objetos
por contacto en papel sensible a la luz que después era revelado.
Fundamentalmente, su
aportación nos lleva a pensar que tras una imagen hay una idea detrás, creativa
e imperfecta, pero siempre realizada con un sentido. Man Ray fue un creador, y
como tal, su legado nos hace reflexionar en torno a lo que debemos ver más allá
de una imagen. "Le Violon d'Ingres" podría haberse quedado en un
simple y bonito retrato de desnudo sino llega a jugar con el concepto de
elevarlo a otro nivel. Porque encuadrar la realidad de una manera más o menos
efectiva es relativamente sencillo, pero darle vueltas a la inspiración para
crear estampas surgidas de uno mismo, es más complicado. Y eso, el señor Man
Ray lo bordaba.
Finalmente, Man Ray
murió, en 1976 en el París que le dio sus mejores obras.
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