Navidad, damos la bienvenida al invierno, nosotros sacando el abrigo y el cielo dejando caer la lluvia y la nieve. El frío cala en la piel de todos los trabajadores, turistas y familias, pero sobretodo en la de los niños entusiasmados.
Niños con sonrisas tan iluminadas que son capaces de competir con el brillo de las luces de la ciudad que se arremolinan alrededor de árboles, casas, paseos y fachadas.
Luces que encontramos en centros comerciales, donde los padres y los niños, emocionados por la llegada de Papá Noel y hechizados por la magia de estas fechas, entran y salen de numerosas tiendas en busca del regalo perfecto para familiares, amigos o cercanos.